Después de cada disparo
en el corazón,
me saco la bala y apunto hacia el olvido.
Mi cuerpo ya no accepta más heridas,
pero mi alma les da cobijo
como si fuera un refugio de tiritas
que no abandona
ningún soldado herido.
Lo único que no sabe,
es que los soldaditos de plomo
no necesitan tiritas.
Porque he ido rescatando balas
para darles una nueva vida.
en el corazón,
me saco la bala y apunto hacia el olvido.
Mi cuerpo ya no accepta más heridas,
pero mi alma les da cobijo
como si fuera un refugio de tiritas
que no abandona
ningún soldado herido.
Lo único que no sabe,
es que los soldaditos de plomo
no necesitan tiritas.
Porque he ido rescatando balas
para darles una nueva vida.
Comentarios
Publicar un comentario